El sector europeo de la gestión de residuos tiene un papel clave que desempeñar en la descarbonización y la independencia energética del continente, pero es incapaz de explotar su capacidad de producción de energía. Así lo destacan desde la Asociación Europea de Gestión de Residuos FEAD.
Ya que los estados miembros de la Unión Europea acordaron hace poco un nuevo acuerdo sobre la demanda de gas natural adquiriendo recientemente un programa de reducción voluntaria de su demanda y preocupados por las dificultades e impactos en el mercado energético mundial provocado por la invasión rusa, el sector privado del manejo de residuos tiene muchas aspiraciones sin cumplir todavía.
Resulta fundamental para la Unión Europea salir de la dependencia de los combustibles fósiles rusos y tener medidas para curarse al clima a través del ahorro de energía, de la diversificación de suministros energéticos, el despliegue acelerado de energías renovables por parte de viviendas, industria y generación. En este caso, la gestión de residuos ocupa un papel fundamental en dicha gestión.
Allá donde hay actividades económicas que utilizan recursos naturales, materiales y energía, los ciudadanos pueden contribuir al mejoramiento de la calidad de vida; así como reducir los impactos negativos de algunas actividades productivas. Precisamente, reciclar una lata de aluminio ahorra el 90% de la energía necesaria para producir una nueva.
Las plantas de valorización energética en Europa pueden actualmente suministrar electricidad a 18 millones de habitantes y calor a 15,2 millones de habitantes. El sector de la gestión de residuos es uno que casi tiene el mismo efecto sobre las emisiones de CO2 después de 2035. La legislación municipal actual habría reducido 150 Mt de CO2eq, aunque eso podría haber sido muchísimo más si se hubiera logrado. Esto representa casi la mitad de las emisiones de España en 2019.
Para que el sector pueda cumplir su papel y lograr desarrollar su capacidad plena, estas contribuciones positivas deben ser plenamente reconocidas, haciendo que el sector de la gestión de residuos sea elegible para cualquier herramienta regulatoria relevante.
Peter Kurth, presidente de FEAD señaló al respecto que «el sector europeo de la gestión de residuos tiene un papel que desempeñar en la descarbonización de nuestra sociedad, evitando la combustión de combustibles fósiles y el uso de materias primas vírgenes; tiene un papel que desempeñar en la promoción de una economía circular, mediante la producción de materias primas secundarias y el tratamiento seguro de los residuos no reciclables; y tiene un papel que desempeñar en la independencia energética de la UE, proporcionando energía de una fuente local, fiable y segura. Este papel esencial debe reconocerse de forma coherente en toda la legislación de la UE y sus requisitos deben establecerse de forma clara y realista con un enfoque holístico».