Los aranceles del 25% impuestos por Trump sobre acero y aluminio comenzaron el 12 de marzo, lo que provocó contramedidas en otros países. Las exenciones para Canadá y México ya se han extinguido y la Comisión Europea planea reintroducir aranceles sobre productos estadounidenses, mientras que Canadá ya ha aplicado un 25% sobre varios productos de EE.UU.

Los economistas advierten que los aranceles pueden beneficiar a las empresas estadounidenses a corto plazo, pero las represalias complican la situación. El sector de los recicladores industriales ven esta noticia con algo de preocupación. Por un lado, esperan que aumente la demanda de metales nacionales, por otro, también temen la incertidumbre de la política comercial. Quizá, con el futuro incremento del reciclaje se podría paliar en parte esta situación

La Asociación del Aluminio apoya algunos aranceles, pero se opone a los impuestos sobre el aluminio canadiense, ya que las exportaciones de materiales reciclados son clave para la industria. A pesar de los esfuerzos por reducir la dependencia de metales extranjeros, el conflicto con Canadá y la posible desestabilización de los mercados globales preocupan a los actores de la industria.

Varios grupos de la industria han mostrado su descontento por el inicio del conflicto de Trump con Canadá, un proveedor clave de acero y aluminio para Estados Unidos. De acuerdo con el Servicio Geológico de EE. UU., Canadá representaba más del 50% de las importaciones de aluminio y más del 20% de las de acero e hierro hasta 2023.

Los sindicatos y asociaciones instan a una política medida que no dañe las relaciones con aliados clave como Canadá. Sin embargo, algunos temen que los aranceles puedan tener efectos negativos en el mercado de materiales reciclados si no hay suficiente demanda nacional.