La llegada de la revolución verde a Brasil está siendo liderada por las cooperativas y el reciclaje. Estas iniciativas están teniendo un impacto positivo en el medio ambiente y promoviendo una conciencia ambiental en la sociedad brasileña. Gracias al trabajo conjunto entre las cooperativas y los programas de reciclaje, se está fomentando un futuro más sostenible y responsable con el planeta en este país.


Con la preocupación por el medio ambiente en aumento, Brasil está haciendo grandes esfuerzos para mejorar su gestión de residuos. El país, que actualmente es el mayor generador de basura en Latinoamérica, está viendo el auge de proyectos enfocados en el reciclaje, especialmente a través de cooperativas que están convirtiendo la reutilización de desechos en una actividad muy rentable.


Un caso que demuestra su eficiencia es la labor llevada a cabo por Coopercaps, una cooperativa que en el año anterior logró reciclar 21.000 toneladas de residuos en la ciudad de Sao Paulo, la cual produce aproximadamente el 25% de todos los desechos del país.


La cooperativa fue fundada en el año 2003 por Telines Basílio do Nascimento Júnior, también conocido como Carioca. Desde su creación, la cooperativa ha sido muy eficiente en su organización con el objetivo de generar un flujo de ingresos positivo a partir del negocio de recolección y venta de residuos.
Y es que la situación financiera estable de la cooperativa ha sido clave para su crecimiento. En la actualidad, cuentan con cinco unidades operativas en Sao Paulo y pronto abrirán una sexta planta gracias a su buena salud económica. Hace poco, la cooperativa se unió a un proyecto en colaboración con Coca-Cola y la Fundación Avina para actualizar y mejorar su sexta unidad con equipos e infraestructura modernos.


Por otro lado, este proyecto contempla además la creación de un Centro de Formación y Asesoría dirigido a cooperativas de todo el país, con el objetivo de mejorar su organización y gestión en áreas productivas, administrativas, financieras y comerciales. El propósito es lograr su independencia y fortalecimiento para que puedan competir eficazmente dentro de la cadena de reciclaje.


Según Carioca, la construcción de la sexta unidad en Sao Paulo traerá consigo un cambio significativo para la ciudad. Esta unidad fue planeada y diseñada por los recolectores de Coopercaps y su proceso semi-automatizado permitirá una producción diaria de hasta 40 toneladas, lo que seguramente será tomado como un modelo a seguir.
“En 2021, Coopercaps procesó y comercializó 21.000 toneladas de residuos sólidos, todavía con cinco unidades. Con la apertura de la sexta unidad, además de aumentar la tasa de materiales que serán reciclados por Coopercaps, se generarán directamente 160 puestos de trabajo”, indicó el presidente de la institución.
Según Carioca, al modernizar los espacios donde actualmente las cooperativas de reciclaje operan de manera rudimentaria, se facilitará y aumentará el porcentaje de reciclaje. “La profesionalización de las cooperativas es un objetivo a conseguir a corto y medio plazo para poder solicitar la contratación de nuestros servicios con el municipio de Sao Paulo, que es un servicio de gestión de residuos por el que deberíamos ser remunerados”, concluyó el responsable.
Las cooperativas juegan un rol crucial en un país donde solo se logra reciclar un 4 % de los residuos que son producidos, una meta que está muy lejana del objetivo declarado de alcanzar el 20% en el año 2040.


Según el encargado de la ISWA, si Brasil lograra cumplir su meta de reciclar el 20 % de sus residuos, esto podría generar un movimiento económico cercano a los 11.600 millones de dólares en el sector de reciclaje.


De acuerdo a estadísticas de la ISWA, Brasil es responsable del 40% de las 550.000 toneladas diarias de basura producidas en América Latina. Además, lo que vendrá en Brasil, hay una guía muy sólida establecida por el plan nacional de residuos sólidos (Planares), publicado recientemente en abril. “De cara al futuro, tenemos en Brasil una directriz muy fuerte establecida por el plan nacional de residuos sólidos (Planares), publicado el pasado abril y que impone la meta de reciclar para 2040 el 20 % de todos los residuos generados”, detalló el también director presidente de la Asociación Brasileña de Limpieza Pública y Residuos Especiales (Abrelpe).


Según un experto, es importante reconocer que el proceso de reciclaje no solo se trata de una práctica ambiental, sino también de un negocio que crea trabajos y genera ingresos. Para que esta industria pueda crecer y profesionalizarse en el país y en la región, es crucial tener en cuenta todos los factores involucrados en su cadena.
“Lo primero es tener productos en el mercado que puedan ser reciclados. El segundo paso es conseguir que los ciudadanos separen los residuos, que los descarten adecuadamente y que dispongan de una infraestructura de recogida selectiva”, añadió Silva Filho.

Después, es fundamental contar con una infraestructura adecuada para clasificar y separar los residuos a gran escala, lo que ayudará a reducir costos. Además, es clave que exista una industria preparada y dispuesta a recibir estos materiales como insumos para su producción. El líder de la ISWA afirmó que si alguno de los eslabones mencionados anteriormente no funciona correctamente, no podrán seguir avanzando en su objetivo de aumentar la tasa de reciclaje.