Conservas Cerqueira, oriunda de Vigo, es hoy el último vestigio de la histórica industria conservera urbana de la ciudad. La compañía cumple 135 años, produce más de 40 millones de latas al año, factura más de 50 millones de euros y emplea a alrededor de 115 personas, combinando tradición y modernidad en su producción. Su marca insignia es Pay Pay.
En la planta viguesa se elaboran principalmente túnidos, cefalópodos y pelágicos, destacando sardina, calamar y atún bajo las marcas Pay Pay, Pay Pay Oro, Buenos Días y Ramona, mientras que el 60% de la producción se destina a marcas blancas y aproximadamente el 10% se exporta. La empresa mantiene un firme compromiso con la calidad, el producto local y la tradición conservera gallega, según señala la propia compañía, que reconoce la labor de empleados, proveedores y clientes desde sus inicios en 1890 como pequeña fábrica artesanal.
Además de la planta urbana, Cerqueira cuenta con una factoría de última generación en Rianxo, construida con una inversión de 30 millones de euros, que incorpora automatización, procesos sostenibles y tecnología avanzada para mantenerse a la vanguardia del sector.
Cerqueira es la única conservera de Vigo que sigue operando en la ciudad, junto con Valcárcel (El Vigilante), ubicada en la zona portuaria de Bouzas. La mayoría de las antiguas fábricas viguesas trasladaron su producción a otras localidades ante la imposibilidad de expandirse en la ciudad: Antonio Alonso (Palacio de Oriente) se mudó a Bueu, Orbe a Ponte Caldelas, Cerqueira a Rianxo y Conservas Albo a Salvaterra-As Neves. La histórica Bernardo Alfageme (Miau) cerró hace más de una década tras 135 años de actividad.
Hoy, Conservas Cerqueira combina producción urbana, herencia histórica y plantas modernas, consolidándose como referente del sector conservero gallego.





