¿Cómo puede asegurar la UE cambios políticos esenciales para proteger la sostenibilidad del aluminio en el futuro?

En la Unión Europea, resulta un factor clave y fundamental a fin de avanzar en el desarrollo de infraestructuras para promover la circularidad. Según las últimas previsiones, se estima que para el año 2030 la demanda de aluminio aumente en un 40%. Por este motivo, los envasadores europeos han pedido a las autoridades que adopten medidas políticas que sean clave para proteger la sostenibilidad financiera y medioambiental del sector.
En la actualidad, los artículos de bajo costo y alto consumo energético están ocupando el espacio vacío en el mercado. Además, según el Instituto Internacional del Aluminio (IAI), se estima que la producción a nivel mundial tendrá que incrementar en 33 toneladas métricas para el año 2030 con el fin de cubrir la creciente demanda.
Además, de acuerdo con European Aluminium, resultará crucial implementar medidas de protección en el mercado para asegurar que la Unión Europea continúe obteniendo importantes beneficios.

Las compañías dedicadas a la fabricación de aluminio señalan que el PPWR, o Reglamento de Envases y Residuos de Envases, resulta una oportunidad clave para que los líderes en Europa lleven a cabo las modificaciones necesarias. A medida que la demanda de aluminio en los envases sigue creciendo, es crucial que los responsables políticos de la UE tomen medidas estratégicas para apoyar a la industria, especialmente en lo que respecta al reciclaje.

La eficiencia en los sistemas de recolección tendrá también un efecto directo en la cantidad y calidad de los materiales que pueden ser reciclados. La implementación de tecnologías avanzadas como separadores de doble corriente de Foucault (ECS) y la pirólisis puede mejorar significativamente la capacidad de reciclar plásticos, metales y bebidas y obtener aluminio reciclado de alta calidad. Esto significa que la disponibilidad de este material será mayor y más eficiente gracias a estas nuevas técnicas de recolección.

Por ello, resulta crucial establecer una infraestructura eficiente y bien planificada para separar, clasificar y reciclar los residuos de envases. Y es imperativo que se describan medidas específicas para que los estados miembros mejoren y estandaricen sus sistemas de recolección.

Esta situación no solo fortalece la necesidad cada vez mayor de aluminio en el mercado de envases, sino que también disminuye nuestra dependencia de las materias primas originales. Esto resulta muy beneficioso para un futuro sostenible, tanto para la industria como para el medio ambiente.
No obstante, los analistas de la industria del embalaje confían en las perspectivas de la industria del embalaje de aluminio en 2024. En Europa, las latas de aluminio son los recipientes más reciclados para bebidas, con una tasa del 76%.

Debido a sus ventajas en términos de sostenibilidad y reciclaje, el aluminio se ha convertido en una elección cada vez más popular para envasar tanto bebidas alcohólicas como no alcohólicas. En respuesta a esta tendencia, los principales fabricantes de latas de metal, Crown y Ball, revelaron sus planes para construir nuevas fábricas dedicadas a la producción de latas de bebidas en el Reino Unido para el año 2023.

El pasado año, la multinacional Crown anunció la compra de Helvetia Packaging, un fabricante alemán de latas y tapas de latas de bebidas con sede en Saarlouis, con el objetivo de satisfacer las necesidades y demanda de los clientes locales y regionales.
También, durante la última cumbre sobre el clima, la COP28 en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), los líderes mundiales del sector del aluminio acordaron un objetivo ambicioso de reciclar el 100% de este material para el año 2050.

La meta principal del plan es respaldar el objetivo ‘Net Zero 2050’ establecido por la Agencia Internacional de la Energía y enfrentar la necesidad de mejorar el proceso de reciclaje como una forma de luchar contra el cambio climático.

Si bien las latas de aluminio se reciclan ampliamente, la industria tiene margen de mejora. Las brechas de infraestructura pueden hacer que los materiales se desvíen y se pierdan de la economía circular, concluyen los expertos.