La guerra comercial está en marcha. El Ministerio de Finanzas chino ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo arancel-represalia, fijado en un 34%, en respuesta directa a las nuevas tarifas anunciadas por la administración Trump la semana pasada. Sin embargo, Estados Unidos contraatacó con un aumento adicional del 50%, que entró en vigor este miércoles.

En total, Washington ha impuesto un arancel acumulado del 104% a los productos chinos, según informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante una rueda de prensa el martes. Esto sugiere que el arancel del 84% anunciado por Pekín incluye los dos incrementos anteriores del 10% aplicados en febrero y marzo.

El Ministerio de Finanzas chino denunció que las medidas arancelarias adoptadas por Estados Unidos vulneran los derechos e intereses del país. Esta respuesta forma parte de las contramedidas prometidas por Pekín, que ha reiterado su compromiso de enfrentarse a las políticas comerciales impulsadas por la administración Trump. China ya ha respondido en el pasado con aranceles dirigidos a sectores estratégicos estadounidenses como la agricultura, la industria automotriz y la energía.

Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó la decisión de China como “una pérdida para ellos” durante una entrevista concedida a Fox Business el miércoles. “Pueden subir sus aranceles, ¿y qué?”, afirmó, destacando que el desequilibrio comercial favorece a China, que exporta mucho más a Estados Unidos de lo que importa.