La definición de “reciclable” en EE. UU. se complica a medida que la ley SB 343 de California impacta los programas de etiquetado a nivel nacional, generando incertidumbre entre las empresas y llevando a algunas a considerar retirar ciertos envases del estado.

El programa voluntario How2Recycle ha ajustado la clasificación de varios materiales de “ampliamente reciclable” a “verificar localmente” para cumplir los umbrales de recolección y procesamiento exigidos para el 60 % de la población californiana. Este otoño, How2Recycle comenzó a implementar las nuevas etiquetas Pro, reflejando estos cambios.

Según Karen Hagerman, directora de How2Recycle, los criterios actuales van más allá de la reciclabilidad técnica y se enfocan también en definiciones legales. La ley SB 343 se complementa con las directrices de la SB 54, la legislación de responsabilidad ampliada del productor gestionada por CalRecycle, aunque la agencia no es la autoridad final de la 343. La enforcement depende en gran medida de los tribunales, con la posibilidad de acciones legales tanto de la oficina del fiscal general como de ciudadanos o grupos.

Para los expertos, la clave es mantener una comunicación clara pese al “caos” temporal que generan las nuevas definiciones. Paul Nowak, director ejecutivo de GreenBlue, aconseja a las marcas utilizar siempre el estándar más conservador para sus etiquetas, de modo que sean fácilmente defendibles ante cuestionamientos.

El Design Collaborative de la Sustainable Packaging Coalition evalúa nuevos diseños de etiquetas para puntos de recolección en tiendas, especialmente para envases flexibles y films, uno de los sectores más litigiosos