En el primer trimestre de 2025, la demanda de aluminio en Estados Unidos y Canadá registró una caída del 4,1%. Esta reducción se atribuye principalmente a una disminución en los envíos de lingotes destinados a la fundición, así como a la bajada en las exportaciones.
Un factor clave que ha influido en esta tendencia es el nuevo entorno arancelario. En marzo de 2025, el gobierno estadounidense implementó un arancel del 25% sobre todas las importaciones de aluminio, cifra que aumentó al 50% en junio del mismo año. Esta medida ha afectado de manera significativa a los productores canadienses, que históricamente abastecían gran parte del mercado estadounidense. Como consecuencia, algunas compañías han redirigido sus exportaciones hacia otros mercados internacionales, como el europeo, para evitar los costos arancelarios elevados.
Asimismo, se observó un incremento del 40,9% en las importaciones de aluminio y productos relacionados en América del Norte durante este trimestre, impulsado en parte por compras anticipadas previas a la aplicación de los aranceles. Por otro lado, el uso de chatarra de aluminio ha experimentado un crecimiento del 18,9% en comparación con el año anterior, favorecido por las políticas arancelarias que promueven su utilización.
Por tanto, las medidas arancelarias han sido determinantes al modificar las dinámicas de comercio y producción entre los países involucrados con la consiguiente disminución en la demanda.