En los primeros dias del huracán Trump han sorprendido la ausencia de medidas arancelarias con Canadá y México. Los aranceles prometidos son del 25%. En el caso de México para frenar, según Trump, la migración y el tráfico de drogas a Estados Unidos, especialmente el fentanilo. En estos momentos, según la Administración Trump, se encuentran evaluando las medidas, pero prometen que en breve se ejecutará la amenaza arancelaria. Canadá se ha tomado francamente mal el anuncio de estas medidas pero está dispuesto a negociar para que estas medidas no se lleven a cabo, dada buena estrecha relación que han mantenido Canadá y Estados Unidos frente a países terceros, como China. Los argumentos de Trump para este “castigo” arancelario son de tipo político. Trump ha asegurado que tanto Canadá como México, dijo, han “permitido que millones y millones de personas ingresen a nuestro país que no deberían estar aquí. Podrían haberlas detenido, y no lo hicieron”.
Además, el dinero recaudado por los aranceles, valorado en varios billones de dólares, irían destinados a financiar programas relativos a inmigración, energía e impuestos.
Canadá amenaza con más aranceles en respuesta, mientras que la Asociación del Aluminio de Canadá lidera el Consejo de Comercio Canadá-EE. UU. Por su parte, la Asociación del Aluminio es partidaria de un comercio libre de aranceles en América del Norte, algo que sería necesario para que se rentabilicen y den frutro los más de 10.000 millones de dólares en inversiones recientes de la industria con base en Estados Unidos.