La empresa Aluminz construirá en el condado de Titus la primera planta de procesamiento de aluminio en Estados Unidos que no enviará residuos al vertedero. El proyecto contempla una inversión superior a los 50 millones de dólares y la creación de más de 130 empleos directos, con el inicio de operaciones previsto para 2027.
La compañía se dedicará a la valorización de residuos de aluminio, una tecnología que permite recuperar metales y otros materiales útiles del dross (residuos generados durante la fundición). Cada año se desechan más de un millón de toneladas de este subproducto en EE. UU., a pesar de contener aluminio, sales y óxidos aprovechables.
El nuevo centro, de 20.000 metros cuadrados y ubicado cerca de Winfield, procesará unas 140.000 toneladas de residuos metálicos al año. Utilizará hornos de inclinación rotativa de la firma GHI Smart Furnaces, con tecnología de bajas emisiones. Según la empresa, su huella de carbono será 99,6% inferior a la de una planta de aluminio primario tradicional.
Además de recuperar aluminio, Aluminz reutilizará sales y subproductos para sectores como la agricultura y la construcción. La planta contará con una instalación solar de 7,5 megavatios y un sistema de captación de aguas pluviales para reducir el impacto ambiental. La planta se instalará en un terreno de 155 acres con acceso a autopistas y red ferroviaria.
El CEO de Aluminz, Richard Mayenknecht, afirma que el objetivo es lograr una economía circular total en la industria del aluminio: “Nada irá al vertedero. Queremos llevar esta tecnología a escala global”.
Se espera que, en cinco años, la empresa emplee a unas 175 personas con sueldos competitivos, sin necesidad de título universitario. El proyecto ha sido bien recibido por representantes locales como el juez del condado, Kent Cooper, y el congresista Nathaniel Moran, quienes destacaron su impacto positivo en el empleo, la industria local y el medio ambiente.