¿SABES CUÁNTA BEBIDA ENERGÉTICA EN LATA PUEDES TOMAR AL DÍA?
Las bebidas energéticas se dieron a conocer hace casi cuatro décadas asociadas a deportes extremos, cuando Red Bull empezó a patrocinar eventos deportivos de riesgo. Ahora son los jóvenes, adolescentes y preadolescentes los consumidores más entusiastas.
Ya en 2018, Reino Unido prohibió la venta de estas bebidas en supermercados en menores de dieciséis años. No obstante, este tipo de bebidas es actualmente una de las fuentes de cafeína más consumidas. Se espera que esta industria crezca un 7% más hasta 2025. Aunque la formulación exacta cambia de una marca a otro, por lo general las bebidas energéticas contienen agua carbonatada, azúcar u otros edulcorantes, vitaminas B, aromatizantes y colorantes añadidos, cafeína y otros suplementos asociados a la energía como taurina, guaraná o ginseng.
Según la OCU, el abuso de este tipo de bebidas, sobre todo por parte de los adolescentes, implica un riesgo real. En la actualidad, la variedad de marcas de bebidas energéticas es muy amplia. Junto a las marcas pioneras, como Red Bull y Monster, han aparecido otras muchas: Atlantis, Beebad, Burn, Crazy Tiger, Eneryety, Missile, Nocco, Rodeo, Reign, Rockstar o Yula. A estas se suman variedades energéticas de Coca-Cola (Coca-Cola Energy y Coca-Cola with coffee). Además, la gran mayoría de las marcas de supermercado se han apuntado a esta tendencia y cada una tiene su producto Energy drink.
Estas bebidas llevan, por tanto, cafeína, que es un estimulante del sistema nervioso central, en dosis moderadas aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia. Además, algunas incorporan vitaminas del grupo B y aminoácidos y sustancias a las que se les atribuyen efectos energizantes o revitalizantes, como:
Ginseng: se trata de una planta que se ha utilizado con fines medicinales, como remedio contra la astenia y el agotamiento físico y mental.
Taurina: es un aminoácido producido naturalmente por el cuerpo humano y se encuentra en alimentos como la carne y el marisco. Es esencial para el sistema cardiovascular, el sistema nervioso central y para el normal funcionamiento del músculo esquelético. Se asocia a un aumento en rendimiento deportivo y resistencia.
Glucuronolactona: el organismo la produce de manera natural a partir de la glucosa, aunque la de las bebidas se consigue en laboratorio. Se le atribuyen efectos antifatiga y estimulante. Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), las concentraciones de este compuesto que se usan en las bebidas energéticas no suponen riesgo para el consumidor.
Guaraná: planta amazónica que contiene estimulantes como la cafeína. Se le presuponen efectos energizantes y adelgazantes. Hasta la fecha, la EFSA no ha aprobado ninguna alegación relacionada con los efectos atribuidos a estas sustancias.
El riesgo de tomar demasiada cafeína
Consumida en dosis moderada, la cafeína aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia. Pero en exceso también tiene sus riesgos. A corto plazo, provoca problemas relacionados con el sistema nervioso central, como el sueño interrumpido, ansiedad y cambios en el comportamiento.
A largo plazo, su consumo se ha relacionado con problemas cardiovasculares y, en las mujeres embarazadas, con retraso en el crecimiento del feto. Su uso excesivo puede tener consecuencias como un aumento de la presión arterial, de la frecuencia cardiaca e incluso una disminución del flujo sanguíneo cerebral. Para las personas con la tensión alta, se aconseja moderar su consumo.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta teoría. En 2014 ya alertó que el incremento del consumo de bebidas energéticas puede representar un peligro para la salud pública, especialmente entre los jóvenes.
Cantidades que no conviene rebasar
La EFSA ha establecido unas referencias sobre la ingesta segura de cafeína, diferentes según se trate de personas adultas, mujeres embarazadas o niños y adolescentes, y dependiendo de si se toma la cafeína de dosis única o repartida a lo largo del día.
Para la población adulta sana en general, las ingestas de hasta 400 mg de cafeína consumida a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud. Se calcula en torno a 5,7 mg por cada kg de peso corporal; por ejemplo, para una persona de 60 kg, la cantidad inocua sería de 342 mg al día.
Para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, las ingestas de hasta 200 mg consumidas a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud del feto. En una sola dosis, se considera seguro hasta 200 mg de cafeína, a razón de unos 3 mg por kilo de peso corporal tanto en adultos (no embarazadas) como niños y jóvenes. Si ponemos por caso un adolescente de unos 50 kg de peso, la cantidad máxima segura sería de 150 mg.
¿Podemos consumir bebidas energéticas a diario sin consecuencias negativas?
Según el estudio publicado por el European Journal of Nutrition, su consumo excesivo puede ocasionar un aumento de la presión arterial, un aumento de la frecuencia cardíaca y una disminución del flujo sanguíneo cerebral. Además, estas bebidas también puede ocasionar daños renales debido a la alta concentración de cafeína.
Una cafeína que en dosis superiores a los 500 miligramos produce muchos otros efectos negativos como «nerviosismo, transpiración, ansiedad, excitación, irritabilidad, náuseas, paresteasis, temblores, palpitaciones, inquietud y posiblemente mareos. Esta es una de las principales razones por los que los adolescentes y, sobre todo los niños, tienen más probabilidades de padecer los efectos secundarios negativos de las bebidas energéticas.
¿Qué pasa si se mezclan bebidas energéticas y alcohol?
En 2013, la EFSA publicó los resultados de la evaluación del riesgo asociado al consumo de bebidas energéticas combinadas con alcohol. El consumo de alcohol en dosis de hasta 0,65 g/kg de peso corporal no afectaría a la seguridad de las dosis únicas de cafeína de hasta 200 mg. Hasta estos niveles de ingesta, es difícil que la cafeína pueda ocultar la percepción subjetiva de la intoxicación etílica.
Sin embargo, como alertó la OMS un año más tarde, el problema surge cuando se rebasan estas cantidades de alcohol o cafeína, nada raro entre adolescentes que mezclan grandes cantidades de alcohol y bebidas energéticas cuando salen de fiesta. Un adolescente (50 kg) superaría los 0,65 g/kg de peso con un par de copas.
El peligro de mezclar bebidas energéticas con alcohol está en que las grandes cantidades de cafeína reducen el sueño y el cansancio, pero no disminuyen los efectos del alcohol, lo que se traduce en lo que se conoce como el estado de ‘borrachera despierta’.