Molson Coors ha consolidado su presencia en el béisbol estadounidense no solo a través del patrocinio, sino también mediante campañas publicitarias innovadoras que han marcado tendencias en la industria. Desde la década de 1950, sus marcas han sabido conectar con los aficionados, adaptándose a los cambios culturales y tecnológicos.

En los años 50, Miller High Life se destacó por su presencia en los estadios y en los hogares de los aficionados. La marca utilizó slogans como “El campeón nacional de la calidad” y lanzó productos promocionales como parches y tarjetas de béisbol, consolidando su imagen como la cerveza del béisbol.

En la década de 1960, Hamm’s se distinguió por su enfoque humorístico en la publicidad, utilizando juegos de palabras como “Tiempo para un relevista fresco” y “Atrapa un lote de Hamm’s”. Estas campañas reflejaron una conexión divertida y accesible con el público.