Metal Packaging Europe (MPE) y European Aluminium (EA) organizaron un desayuno-debate en el Parlamento Europeo centrado en la circularidad del aluminio y la necesidad de políticas que garanticen la retención de chatarra de alta calidad dentro de Europa.
El encuentro reunió a representantes políticos y del sector industrial, incluyendo a Iuliu Winkler MEP, vicepresidente del Comité de Comercio Internacional, Mathias Bach Kirkegaard, consejero ambiental de la representación permanente de Dinamarca ante la UE, y John O’Maoileoin, director global de sostenibilidad de Canpack Group y miembro de la junta de MPE.
Durante el evento se discutieron estrategias para fortalecer los sistemas de reciclaje en bucle cerrado, reforzar los estándares ambientales en las exportaciones de chatarra y garantizar condiciones de competencia equitativas para la industria europea de latas de aluminio.
Entre 2019 y 2024, las exportaciones de chatarra de aluminio de la UE aumentaron un 53%, con más de tres cuartas partes enviadas a Asia, y solo en el primer trimestre de 2025, los envíos a EE. UU. crecieron un 273%. Mientras tanto, las importaciones de aluminio a Europa aumentaron un 30% desde 2019, generando una creciente dependencia de materias primas externas.
Krassimira Kazashka, CEO de MPE, destacó que cada tonelada de chatarra exportada representa una oportunidad perdida para el reciclaje de latas y para los objetivos de neutralidad climática de la industria. Por su parte, Andy Doran, director del Packaging Group en European Aluminium, subrayó la importancia de políticas estratégicas que permitan mantener el aluminio dentro de la UE, facilitando su reciclaje de alta calidad y contribuyendo a las metas industriales y medioambientales.
Las asociaciones instan a la Comisión Europea a implementar tarifas de exportación para la chatarra de aluminio de alta calidad, promover sistemas de reciclaje en bucle cerrado y asegurar una competencia justa frente a competidores internacionales subsidiados. El reciclaje de aluminio permite reducir hasta un 95 % el consumo energético frente a la producción primaria, siendo esencial para la autonomía estratégica y los objetivos climáticos de Europa.












