La oportunidad única del envasado metálico para regenerar el medioambiente
Es hora de despedir al plástico para siempre. Este material ha iniciado un camino sin retorno. Los inconvenientes son mayores que las ventajas. El daño que ocasiona en el medioambiente y en el ser humano está más que demostrado.


Es un reto complicado de conseguir porque esta eliminación supone un cambio de políticas, actitudes y costumbres. Hay muchas iniciativas en todos los continentes que empujan a eliminar de forma progresiva los plásticos de un solo uso: el reciclaje inverso, el sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor, los gravámenes a la producción de ciertos tipos de plástico y a los plásticos de un solo uso.


Hoy por hoy, las cifras no auguran nada positivo. Por supuesto, estamos lejos de cumplir el objetivo del acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5º.


Además, según datos de UN Ennvironment programme, el 98% de los plásticos de un solo uso se fabrican a partir de materia prima “virgen”. De proseguir con este ritmo de producción, lejos de reducir su producción, esta supondrá el 19% del presupuesto global de carbono para 2040. Otro dato preocupante, el 36% del plástico producido se utiliza para envases.