Medir y evaluar los datos sobre el impacto medioambiental es más importante ahora que nunca. Por una parte, la normativa relativa a la sostenibilidad medioambiental se vuelve paulatinamente más exigente para las empresas; por otra, los consumidores tienen cada vez más interés en conocer la huella de CO2 del envase que retiran de la estantería durante sus compras. thyssenkrupp Rasselstein, el único fabricante de hojalata de Alemania, ofrece a sus clientes —los fabricantes de envases— sus competencias sobre análisis de ciclo de vida (ACV en inglés “LCA”). Mediante este método se analizan sistemáticamente los efectos sobre el medioambiente (p. ej., el CO₂eq) de un producto durante todo su ciclo de vida. De esta manera, los clientes de thyssenkrupp Rasselstein obtienen una introspección valiosa sobre los datos de emisiones del fabricante de hojalata. Además, thyssenkrupp Rasselstein apoya a sus clientes en el cálculo de ACV de su propio producto.


«Hemos observado reiteradamente que nuestros clientes desean conocer la huella de CO2 de su producto y en qué fase de su proceso de producción existen potenciales de reducción de emisiones. Desde mucho antes ya habíamos reconocido la importancia de tener en cuenta el ciclo de vida completo del producto en la producción de la hojalata, por lo que hemos adoptado el ACV como componente fijo de nuestra estrategia de sostenibilidad. Por ello, el ACV es un elemento permanente desde las fases tempranas de nuestro desarrollo del producto», indica la Dra. Linda Kerkhoff, ingeniera de desarrollo del sector Materiales, Aplicaciones y Tecnología en thyssenkrupp Rasselstein GmbH.


La elaboración de un ACV ofrece ciertas ventajas a las empresas. El ACV del acero para envases rasselstein® está validado y certificado por Det Norske Veritas (DNV) una entidad de certificación líder a escala mundial en el ámbito del Business Assurance. La certificación garantiza una base de datos y un método de cálculo fiables, lo que permite la comunicación al cliente final, al tiempo que se emplea para destacar en la competencia con otros envases y sirve de base para realizar los ACV de los productos de los clientes. En general, los ACV aportan una mayor transparencia, así como una introspección en los procesos del productomy su efecto en el medioambiente. De esta manera, permiten el desarrollo de soluciones de
envasado más sostenibles.


Un análisis basado en un sistema de gestión energética extenso
thyssenkrupp Rasselstein ha seguido desarrollando continuamente sus capacidades de ACV en los últimos tres años. La empresa de Andernach, Alemania, ha desarrollado un detallado sistema de gestión energética durante los últimos años, que ahora sirve como base para los datos del ACV en la fabricación de hojalata. Mediante la comunicación fluida con los compañeros de la acería de Duisburgo, de donde procede la cinta laminada en caliente para la fabricación de la hojalata, se crea otra base de datos adicional. «Tenemos acceso a todos Steel Packaging Steel Siglas del departamento los conjuntos de datos relevantes y, por eso, logramos un cálculo preciso de nuestro producto», afirma la Dra. Linda Kerkhoff. Así, el fabricante de acero para envases


representa en su ACV el proceso completo desde la creación del acero en la planta de Duisburgo hasta el momento en el que la hojalata cruza el portal de Andernach para su transporte al cliente.


En un ACV, las emisiones se encuadran en tres tipos de alcance (categorías). Se definen como emisiones de alcance 1 las que se emiten en el lugar de producción. En thyssenkrupp Rasselstein son las emisiones que tienen lugar por la combustión del gas natural. Las emisiones de alcance 2 y 3 se definen como emisiones indirectas. Entran en la categoría de alcance 2 las que se producen por la obtención de electricidad, gas natural o vapor. Las emisiones de alcance 3 engloban las emisiones de los procesos previos de la cadena de valor, en los que se incluye la extracción y transformación de las materias primas, como el estaño, el mineral de hierro y el acero o el fleje de laminado en caliente.


El ACV hace visible el potencial de reducción de CO2
El ACV de thyssenkrupp Rasselstein arroja un resultado total de la huella de CO2 de 2,45 t CO2eq/t de acero para envases La mayor parte de las emisiones se pueden adjudicar al fleje de laminado en caliente provisto como materia prima desde thyssenkrupp Steel Europe en Duisburgo. Por eso, estas emisiones entran en la categoría de alcance 3. Dentro del proceso de fabricación del acero para envases surgen emisiones de alcance 1, 2 y 3. Las emisiones de alcance 1 y 2 se reducen continuamente en la planta de Andernach mediante proyectos de eficiencia energética como la construcción de una instalación de recubrimiento más moderna y el uso de recuperadores innovadores en las instalaciones de recocido.
Actualmente, los clientes ya disponen de diversas opciones para reducir su huella de CO2 en, por ejemplo, las latas para alimentos o de aerosoles. «Los fabricantes pueden utilizar la hojalata de acero bluemint® steel de CO2 reducido, con lo que sus emisiones de alcance 3 procedentes del acero para envases se reduce directamente en un 62 %. Para una reducción adicional de emisiones de CO2 se pueden emplear productos innovadores como rasselstein® D&I Solid y rasselstein® Solidflex, que permiten las reducciones de grosores correspondientes», explica la Dra. Linda Kerkhoff.


Para ayudar todavía más a sus clientes, thyssenkrupp Rasselstein evalúa junto con el cliente los procesos y productos de este y le ofrece la realización del ACV. A partir de este ACV se determinan los potenciales de reducción de CO2 y las posibilidades de optimización, así como la mejor forma de llevarlas a cabo. «En contraste con las entidades que también ofrecen ACV, conocemos las necesidades de nuestros clientes y sabemos al detalle qué valoran los fabricantes de envases. Nuestro objetivo es fabricar, junto con nuestros clientes, una hojalata como material de envases sostenible, idónea para el uso futuro», declara la Dra. Linda Kerkhoff.