La resistencia de la industria conservera española está siendo sometida a una dura prueba debido a la alta inflación actual que también azota al resto de países de la UE. Una complicada situación que hay que sumar otros problemas añadidos como son el alza de los costes por la guerra de Ucrania y los problemas de abastecimiento de materia prima.  Sin duda, una tormenta perfecta que está poniendo a prueba la resistencia de la industria conservera española y la rentabilidad de productos básicos de la cesta de la compra como el atún en lata o el tomate frito.

Las patronales de conservas de tomate (Agrucon) y de pescado (Anfaco) muestran su preocupación e inquietud por el abastecimiento de materia prima y por el comportamiento de los consumidores ante el encarecimiento de la cesta de la compra. Hay cierta incertidumbre por la evolución de los precios y las estrategias empresariales para mantener la facturación y el comercio de unos productos que España exporta a numerosos mercados.

El presidente de Agrucon, Manuel Gonçalves, indicó que “para sus industrias la situación es peor que la del año pasado, si bien ha confiado en que mantengan su resistencia histórica demostrada en otras crisis”. Precisamente, el material de envase se ha encarecido un 60 % pero desde la patronal conservera añaden que lo más crítico “es el coste de gas y de electricidad, lo que ha duplicado los costes”.

La campaña de Navidad resulta un momento clave para la facturación pesquera. El responsable de Anfaco añadió que confía en que la salida de la exportación, a destinos como los del resto de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, para que el golpe en los ingresos sea más leve.