Estados Unidos y Gran Bretaña han acordado iniciar conversaciones a fin de resolver su disputa comercial sobre los aranceles al acero y el aluminio. Dichas conversaciones también incluirán la cuestión de los aranceles de represalia del 25% del Reino Unido a productos estadounidenses, que incluyen whisky, motocicletas, jeans y tabaco.
En un comunicado emitido, la secretaria de Comercio de Estados Unidos Gina Raimondo, la representante comercial estadounidense Katherine Tai, y la ministra de Comercio de Gran Bretaña, Anne-Marie Tevelyan, señalaron que trabajarían para lograr un rápido acuerdo que garantice la rentabilidad de las industrias de acero y aluminio en ambas naciones y además “fortalezca su alianza democrática”.
En 2018, Trump impuso aranceles del 25% a la importación de acero y de 10% al aluminio, describiéndolos como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, medida que desató indignación entre británicos, miembros de la Unión Europea y otros viejos aliados estadounidenses.
El año pasado, el gobierno de Biden llegó a un acuerdo con la Unión Europea en el que accedió a retirar los aranceles a los metales procedentes de la UE que se encuentren por debajo de las nuevas cuotas de importación, y mantener el gravamen a las importaciones que las rebasen. En reciprocidad, el bloque retiró los aranceles que había aplicado como represalia a productos estadounidenses, incluyendo el whisky.
No obstante, ahora Gran Bretaña está dispuesta a negociar un acceso libre de impuestos a los mercados estadounidenses de acero y aluminio similar al que otorgó Washington a la Unión Europea el 1 de enero, como parte de un acuerdo de cuotas alcanzado en octubre que tomó seis meses para negociar.
Asimismo, en su comunicado conjunto, Estados Unidos y Gran Bretaña indicaron que han conversado sobre el tema de la sobreproducción de China y prometieron “hacer que los países con prácticas perjudiciales para el mercado rindan cuentas”. Estados Unidos ya prohibía el ingreso de la mayoría del acero procedente del país asiático, así que los aranceles de Trump perjudicaron principalmente a aliados estadounidenses.
Aunque oficialmente no hay una fecha fijada para dicha negociación, las discusiones abordarán el “exceso de capacidad global de acero y aluminio, incluida la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos sobre los metales de Gran Bretaña.
Por último, señalan que “ambas partes están comprometidas a trabajar hacia un resultado expedito que asegure la viabilidad de las industrias del acero y el aluminio en ambos mercados frente al continuo desafío compartido del exceso de capacidad global y fortalezca su alianza democrática”.