La multinacional Rio Tinto ha dado a conocer las acciones que pretende llevar a cabo a fin de fortalecer el negocio y mejorar su productividad a nivel mundial. Su estrategia se centra a largo plazo para garantizar las políticas globales de descarbonizado y continuar ofreciendo rentabilidades atractivas.

En concreto, el grupo se ha marcado un nuevo objetivo para reducir sus emisiones de carbono de alcance 1 y 2 en un 50% para 2030, más del triple del marcado anteriormente. De esta forma la compañía prevé alcanzar una reducción del 15% de las emisiones para 2025, cinco años antes de lo previsto inicialmente. Estos objetivos están respaldados por cerca de 7.5 mil millones de dólares de inversión directa para reducir las emisiones de aquí a 2030.

El director ejecutivo de Rio Tinto, Jakob Stausholm confirma que «todos nuestros productos básicos son vitales para la transición energética y continúan beneficiándose de la urbanización en curso. Tenemos un camino claro para descarbonizar nuestro negocio y estamos desarrollando activamente tecnologías que permitirán descarbonizar a nuestros clientes y a los clientes de nuestros clientes».

Stausholm reitera además que «podemos hacer esto, mientras continuamos brindando retornos atractivos a nuestros accionistas de acuerdo con nuestra política, porque tenemos un balance sólido y activos de clase mundial que generan fuertes flujos de efectivo libres a lo largo del ciclo».

Precisamente, Rio Tinto acelerará su inversión en I + D y desarrollo de tecnologías que permitan a sus clientes descarbonizar. Trabajando en asociación con gobiernos, proveedores, clientes, el mundo académico y otros, Rio Tinto continuará desarrollando tecnologías como ELYSIS TM para aluminio libre de carbono y múltiples vías para producir acero verde.

En concreto, el Sistema de Producción Segura de Rio Tinto está en marcha para asegurar que el grupo recupere su posición como mejor operador para los que ha establecido planes a largo plazo con actividades de mejora rápida dirigidas a los cuellos de botella a fin de reducir la variabilidad operativa y aumentar la resiliencia.

Y para satisfacer la demanda adicional creada por el impulso global hacia cero emisiones netas, Rio Tinto priorizará el capital de crecimiento en materias primas vitales para esta transición con la ambición de duplicar el gasto de capital de crecimiento a 3 mil millones de dólares anuales a partir de 2023.