El aumento en el uso de latas de aluminio provocado por el consumo acelerado ocasionado por la pandemia ha provocado una mayor demanda de latas en los EE. UU. ya que la gente estás bebiendo más en casa que en los bares. Este hecho ha llevado a la multinacional Ball, uno de los mayores fabricantes de latas de EE. UU., a tomar una drástica decisión, cambiar sus procedimientos de pedido ante la imposibilidad de atender la actual demanda.

La compañía ha empezado a informar a las cervecerías de todo el país a las que venía suministrando directamente latas preimpresas de que su pedido mínimo se verá quintuplicado. Esto significa que las cerveceras tendrán que aumentar su pedido mínimo de 204.000 latas a 1.020.000. La primera consecuencia, tendrán que pagar y almacenar cinco cargas de latas, generando una mayor cantidad de dinero a desembolsar y espacio, un sobrecoste que muchas empresas no pueden asumir.

“Estos cambios demuestran que Ball está avanzando hacia el tipo de contratos a largo plazo para volúmenes comprometidos con mecanismos eficaces de recuperación de costes», tal y como afirma John A. Hayes, presidente y director general de Ball Corp, en la convocatoria de beneficios del tercer trimestre de la empresa. La escasez general de latas de aluminio parece que continuará hasta 2022 y quizás más allá, ya que hay más competencia por el aluminio dentro de las bebidas alcohólicas, así como de los productos sin alcohol, y más demanda de este tipo de envase por parte de los clientes. Además, los precios de las latas de de 355 cl subirán casi un 28%, además de los pedidos mínimos de 1 millón por unidad de producto. No obstante, hay más plantas en construcción en los Estados Unidos, no sólo de Ball Corporation, sino también de otras empresas.

Durante la pandemia, cuando desaparecieron sus principales plataformas de venta como salas de degustación, bares y restaurantes, la mayoría de las cervecerías artesanales pasaron a envasar sus productos para obtener unos ingresos que les permitiera mantenerse. Para muchas cervecerías pequeñas y de mediano tamaño, el enlatado ha supuesto un salvavidas durante los últimos dos años.

«La demanda de envases de aluminio sostenibles para bebidas sigue creciendo a un ritmo acelerado. Para servir más eficazmente a nuestra base de clientes no contratados, a partir del 1 de enero de 2022, cuando haya suministro disponible, exigiremos un pedido mínimo de cinco cargas de camión por SKU para latas impresas, y ya no podremos almacenar el inventario en nombre de nuestros clientes”, afirman desde la multinacional Ball.

Una de las soluciones que ha planteado la multinacional es que los clientes que no quieran pedir tantas latas tendrán la opción de dirigirse a uno de los cuatro distribuidores, que podrán almacenar y revender las latas. Estas empresas también podrán añadir etiquetas retractiladas, aunque el retractilado hace que las latas no sean reciclables. Pero pasar por uno de esos distribuidores hará que el enlatado y el etiquetado sean extremadamente caros.

Aunque todavía se desconocen los efectos a largo plazo de esta decisión, esto podría provocar un efecto dominó en todo el sector. Una de las primeras consecuencias sería que los cerveceros artesanales se vean obligados a tener que subir los precios. También podría causar problemas en la emergente categoría de bebidas listas para beber, el seltzer y otros cócteles enlatados.

No obstante, las cervecerías americanas se han puesto manos a la obra para buscar otras alternativas rentables. Algunas tratan de encontrar otros fabricantes de latas, pero se encuentran con el problema añadido de que muchos de ellos ya no aceptan nuevos clientes o tienen poca capacidad. Las cerveceras americanas también están investigando otras formas de etiquetar sus latas, pero la mayoría de estas opciones tienen un coste prohibitivo.

Otras consecuencias podrían ser de tipo medioambiental, como el aumento del uso de fundas de plástico retráctiles y etiquetas sensibles a la presión si las cerveceras no pueden cumplir los mínimos, lo que reduciría la capacidad de reciclaje y el valor del aluminio. También existe la posibilidad de que se produzcan más emisiones de carbono con el transporte adicional de latas a los distribuidores en lugar de su envío directo a las cervecerías.